El Gobierno cubano afirmó este miércoles que «una de las consecuencias» de la decisión de EE. UU. de retirar a la isla de la lista de países patrocinadores del terrorismo es que esta ha quedado «demolida» y que nadie más podrá «creer en ella».
El canciller isleño, Bruno Rodríguez, aseguró que, pese a reconocer que la medida es «correcta pero muy limitada», deja claro que la «lista no tiene fines de enfrentamiento al flagelo del terrorismo sino que es un mero instrumento de coerción política».
En conferencia de prensa, en la que no aceptó preguntas, el titular de Exteriores reiteró que el país caribeño sabe que la decisión del presidente estadounidense, Joe Biden, que dejará el cargo el lunes, puede ser revertida por el republicano Donald Trump.
Sin embargo, aseguró que, de hacerlo, quedaría en entredicho la «credibilidad» de Washington.
«¿Qué dirían las agencias estadounidenses? ¿Dónde quedaría la credibilidad del Gobierno estadounidense? Esto parecería un desorden, en Cuba le dirían un relajo. Es decir: un presidente hace imputaciones de un tipo, otro las desmiente y las cambia, viene otro y las vuelve a hacer y después viene otro y vuelve a repetir las anteriores», concluyó.
En este sentido, el designado secretario de Estado de Trump, Marco Rubio, un cubanoamericano defensor de la línea dura con la isla, aseguró este miércoles ante el Senado que no tiene dudas de que La Habana cumple con los requisitos para estar en la lista.
Avanzó asimismo que las decisiones de la actual Administración no son vinculantes para la próxima.
Noticias 24 Miami