Por primera vez en años, Corea del Norte participó este jueves en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la situación en la península coreana y defendió su último ensayo con misiles balísticos, que volvió a ser condenado por una mayoría de Estados miembros.
El embajador norcoreano ante Naciones Unidas, Kim Song, insistió en que su país tiene derecho a efectuar este tipo de pruebas para garantizar su defensa frente a lo que calificó como amenazas y provocaciones por parte de Estados Unidos y sus aliados.
Lo hizo en una reunión convocada de urgencia precisamente en respuesta al lanzamiento este miércoles de un Hwasong-18, el misil balístico intercontinental (ICBM) del régimen que funciona con combustible sólido y que es su arma de largo alcance más sofisticada.
Se trata de la segunda vez que Corea del Norte prueba este tipo de proyectil, que en esta ocasión se estrelló en el agua tras volar durante unos 75 minutos, según las autoridades japonesas.
La ONU dijo hoy que el misil cayó en aguas de la zona económica exclusiva de Rusia y que esos 75 minutos suponen potencialmente el vuelo más largo de un ICBM entre todos los probados por el Ejército norcoreano.
«El ensayo de este nuevo tipo de misil forma parte del derecho a la autodefensa para disuadir las actividades militares peligrosas de fuerzas militares hostiles«, señaló Song, quien cargó con dureza contra las maniobras militares llevadas a cabo por Washington y sus socios en la región.
En la reunión, como es habitual, una mayoría del Consejo de Seguridad condenó la prueba, que viola las resoluciones del propio órgano, que sin embargo lleva tiempo sin tomar nuevas medidas contra Pionyang por la postura de Rusia y China, que culpan a Estados Unidos de la tensión en la zona.
Noticias 24 Miami