De acuerdo con Ana Villaplana- Velasco, estudiante de doctorado en la Universidad de Edimburgo, «sorprendentemente, descubrimos que nuestro modelo clasifica mejor a los participantes con riesgo de infarto de miocardio bajo o alto en el UKB en comparación con los modelos establecidos que solo incluyen datos demográficos. Publicado en Actualidad Cuba.
«La mejora de nuestro modelo fue aún mayor si añadimos una puntuación relacionada con la propensión genética a desarrollar un infarto de miocardio», añade.
Infarto, causas
La investigación tuvo en cuenta factores clínicos tradicionales como la edad, el sexo, la presión arterial sistólica, el índice de masa corporal y el tabaquismo. Además, el nuevo modelo de detección pudiera emplearse para detectar precozmente otras enfermedades oculares y sistémicas. Sobre todo a partir de los 60 años, período en el que se producen con más frecuencia los infartos de miocardio.
“Esto permitiría a los médicos sugerir comportamientos que podrían reducir el riesgo, como dejar de fumar y mantener niveles normales de colesterol y presión arterial. Nuestro trabajo muestra una vez más la importancia del análisis integral de los datos rutinarios y su valor en el desarrollo posterior de la medicina personalizada», añade la especialista.
El estudio pudiera ayudar a prevenir los infartos en países como España, por ejemplo, donde casi 30.000 personas fallecen por año a causa de un accidente cardiovascular. Esta enfermedad continúa siendo la primera causa de muerte en dicha región.
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