Es la temporada de apareamiento para los cocodrilos, una época en la que los machos hacen excentricidades muy públicas para encontrar hembras, hasta el punto de rondar por los vecindarios. Publicó el Nuevo Herald
Pero cuando se trata del acto de apareamiento en sí, los cocodrilos son sorprendentemente privados.
El Laboratorio de Ecología Costera de la Universidad de Georgia compartió esta semana en Facebook un ejemplo de su timidez. El video muestra a dos caimanes –Sally y Obadiah– cortejándose en el Okefenokee Swamp Park, en Georgia.
“El apareamiento de los caimanes en sí no es un proceso muy visual, ya que el acto en sí tiene lugar bajo el agua”, escribió el laboratorio. “Todo lo que se puede ver del apareamiento real son las burbujas que surgen del fondo del pantano”.
Efectivamente, el video concluye con los dos tortolitos desapareciendo bajo la superficie, momento en el que las burbujas explotan en la superficie.
Montones y montones de burbujas.
El video termina segundos después, lo que tiene sentido. La copulación del cocodrilo es un esfuerzo relativamente corto, que suele durar “menos de 30 segundos”, dicen los expertos.
Es el cortejo lo que ocupa la mayor parte del tiempo. Al parecer, a las hembras de caimán les gusta ser cortejadas.
“Generalmente, el macho tarda unas semanas en conquistar a la hembra. El macho intentará entrar en el territorio de la hembra y pasar tiempo cerca de ella, normalmente tomando el sol. Si la hembra piensa que el macho es un compañero adecuado, le permitirá quedarse”, informa el Laboratorio de Ecología Costera.
El video de Sally y Obadiah muestra lo que ocurre una vez que la hembra se decide.
“En el video, se puede ver a Obadiah intentando coaccionar a Sally para que abandone su isla y salga a aguas abiertas”, dice el laboratorio.
“Una vez que Sally accede a dejar su lugar de asoleo, Obadiah la guía hacia aguas abiertas donde nadan uno alrededor del otro por un momento antes de desaparecer bajo el agua para aparearse”.
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