A una semana de que la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NRLB) anuncie la fecha en que se efectuará la elección sindical de los empleados de una sucursal de Starbucks en Hialeah, la corporación convocó a sus empleados a una reunión a puerta cerrada.Publicado en el Nuevo Herald.
La reunión, que se llevó a cabo el martes, 21 de marzo, tenía por objeto presentar al nuevo mánager.
Pero los empleados que promueven la sindicalización dijeron que la convocatoria pretendía intimidarlos en sus esfuerzos por conseguir mejoras salariales y beneficios contractuales.
Una veintena de vecinos de Hialeah se congregaron ese día frente a la sucursal para solidarizarse con su movimiento.
William Suárez, líder del movimiento, explicó a el Nuevo Herald que en los 10 años que lleva trabajando en dicha sucursal, jamás había visto que la corporación cerrara para presentar a un nuevo mánager. Desde que comenzó la campaña sindical, hace dos meses, han pasado por sus instalaciones cinco mánagers, y es la primera vez que ocurre este formalismo para conocerlo, dijo.
La gerencia de Starbucks fue contactada varias veces por el Nuevo Herald para conocer las motivaciones de la reunión pero la corporación no respondió a la solicitud de comentario.
En la reunión, participaron el mánager de la tienda, el mánager regional, el mánager de Recursos Humanos y el mánager de distrito. “Nunca había visto al regional ni al de RH hasta hoy. ¿Para qué tenían que venir a presentar a un nuevo mánager?, hemos tenido cinco en menos de dos meses. Nos están infantilizando”, argumentó Suárez.
La cafetería cerró sus puertas al público desde las 4 p.m., seis horas antes de su horario regular de cierre. La reunión duró casi dos horas, en la que “querían que los empleados estableciéramos una conexión con el nuevo mánager. Nos preguntaron cuál era nuestra comida favorita, nuestro color favorito. Fue una pérdida de tiempo. Yo tengo casi 30 años, no necesito que me pregunten por mi color favorito, necesito mejores sueldos y beneficios. Tener calidad de vida”, lamentó Suárez.
Por su parte, los manifestantes en la protesta interpelaban a la corporación con pancartas que mostraban descontento por “los bajos ingresos”, “irrespeto a sus trabajadores”, “no me digas que me respetas, demuéstramelo” e “intento de destruir al sindicato” .
Kevin Paredes, supervisor de turno, al igual que Suárez, considera que la reunión de Starbucks tuvo como propósito menoscabar el movimiento sindical, aunque nunca se abordó el tema.
“Si la corporación hubiese intentado hablar con nosotros sobre nuestros reclamos y razones por las cuales queremos formar un sindicato, habría sentido que les interesamos con empleados, pero lo único que les interesa es el dinero. A ellos (los mánagers) no les importa que nos comuniquemos, solo están siguiendo ordenes”.
Una guía elaborada por el gremio Starbucks Workers United explica que existen comportamientos que podría llevar a cabo la corporación para tratar de fomentar movimientos antisindicales: “Una vez Starbucks es consciente de que existe una campaña de sindicalización, comenzarán a generar reuniones de equipo y sesiones de escucha. Estas reuniones son antisindicatos (…) tratarán de identificar líderes sindicales y líderes antisindicales, para tratar de movilizar personas en tu tienda y hablar con trabajadores y repetirles mensajes antisindicales”, alerta el gremio.
El líder sindical del Starbucks en Miami Springs, Christian Miranda, estuvo presente en la protesta en señal de solidaridad con los empleados de la sede de Hialeah.
Miranda explicó que ha estado preparando a sus colegas ante una posible situación similar. “Hemos hablado brevemente de lo que no se les permite hacer o decir” a Starbucks.
Entre los manifestantes, se encontraba Uriel Pérez, representante de la Coalición de Trabajadores de Inmokalee (CIW), que lucha contra la violencia de género, salarial y la esclavitud moderna.
Para Pérez, no es incongruente que los trabajadores tengan una vida digna, mientras las empresas generan ganancias.
Pérez concentra sus esfuerzos en lograr movimientos sindicales en Florida, mientras advierte que “vivir en Miami es muy caro, el transporte no sirve, es un desastre. La vivienda es imposible de pagarla. Si quieren que esta ciudad sea estelar, también les tiene que importar su comunidad, no solo los turistas”, acotó.
Desde que se presentó la solicitud ante la NRLB para sindicalizarse hace un mes, cuatro de los 41 trabajadores que había en la tienda en ese momento han renunciado; de ellos tres apoyaban el movimiento. Actualmente son al menos 26 de los 37 empleados los que llenaron las tarjetas de petición del gremio sindical, representando un 72% de la fuerza laboral de la sucursal.
“Nosotros nos definimos como una familia, no somos solo empleados, sentimos que somos fuertes, tenemos confianza en nuestro movimiento y no nos vamos a rendir”, explicó Paredes.
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