Robert Pattinson desató un inmenso fenómeno fan adolescente a raíz de la exitosa saga Crepúsculo. Robert Pattinson, a continuación, se entregó en cuerpo y alma a películas de arte y ensayo para despegarse esa aura de superestrella de blockbuster. Y el día que Robert Pattinson quiso volver a las grandes películas, cuando por fin se cansó de las agonías del bajo presupuesto y se embarcó en Tenet (de Christopher Nolan) y después en The Batman, se desató una pandemia mundial.
“Resulta irónico que las dos películas que pensaba que iban a ser las apuestas más seguras que podía hacer se estrenen en un momento en el que el paisaje de la industria cinematográfica ha pegado un vuelco”, nos dice.
Por eso, The Batman se ha convertido en el rodaje más largo y complicado de su carrera. Y, por eso también, ha tenido tiempo de pensar en qué tipo de estrella le gustaría convertirse. Ahora que, al parecer, definitivamente quiere ser una. Si es que en algún momento dejó de serlo. Y nos lo cuenta en el número de marzo de GQ. O algo así.