Lolita quizás se retiró como la principal atracción del Miami Seaquarium, pero la orca de 56 años, todavía ejecuta una rutina diaria de levantar grandes olas, lanzar besos y otras piruetas a asientos mayormente vacíos. Publicado en el Nuevo Herald.
Aunque el público ya no asiste, los entrenadores todavía le indican a Lolita qué hacer ante empleados del parque, y algunos visitantes especiales. La interacción con humanos sigue siendo una parte importante de su rutina, dijo Kristen McMahon-Van Oss, especialista en entrenamiento animal que trabaja en el parque de Virginia Key.
“Lolita tiene un equipo excepcional de entrenadores que trabajan con ella diariamente”, dijo McMahon-Van Oss. “Tienen una relación muy estrecha con ella”.
Durante décadas, Lolita fue la estrella del Miami Seaquarium, hasta que los nuevos dueños del parque decidieron que la orca dejara de actuar ante el público debido a presiones de grupos de derechos de animales que argumentaban que la ballena cautiva era sujeta a condiciones inhumanas en un tanque demasiado pequeño para una criatura que debía estar nadando en el mar.
Las actuaciones continúan pero con una cantidad drásticamente reducida de empleados del parque. McMahon-Van Oss dijo que es beneficioso para la orca tener algunas personas en las gradas cuando el espectáculo comienza.
“Lolita tiene tiene una estupenda energía cuando el show está listo para empezar”, dijo McMahon-Van Oss. “Queremos cerciorarnos de que el día de Toki es muy parecido a lo que ha sido en el pasado”, agregó, usando el otro nombre de Lolita.
La tranquila, pero a la vez activa vida diaria de la orca captura la nueva realidad del acuario, que en estos tiempos enfrenta una presión política nunca antes vista para mejorar las condiciones de vida de su antigua estrella. El parque que recientemente fue comprado por una firma con fines de lucro, opera bajo un arrendamiento con el Condado Miami-Dade.
Durante largos años, Lolita atrajo a muchedumbres que aplaudían sus saltos, vueltas y el sostener a entrenadores fuera del agua durante un espectáculo diario para cientos de visitantes en el anfiteatro de Biscayne Bay. En la actualidad, se llama Tokitae or Toki, que era el nombre original de la orca después de haber sido capturada en Puget Sound hace 50 años.
Los activistas de animales argumentan que la vida de Lolita como un mamífero que actúa en un tanque de agua no es sino crueldad animal, y han obligado al Seaquarium a trasladar la ballena a un lugar más humano. La Dolphin Company, que hace poco compró el parque, anunció a principios de este mes que la orca no participará más en espectáculos públicos.
En una conferencia de prensa que tuvo lugar el miércoles con la alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, la compañía anunció otro plan para solucionar las demandas de que Lolita debería ser liberada del Seaquarium.
La Dolphin Company dijo que permitiría que un panel independiente supervise la examinación de un veterinario para de este modo determinar cuál es la salud de la orca, y entonces realizar un reporte público.
“Para nosotros es un nuevo comienzo”, dijo Renato Lenzi, ejecutivo de Dolphin Company, una firma mexicana que tiene parques acuáticos en todo el mundo. “Estamos sumamente entusiasmados de traer una nueva ola de transparencia”.
Levine Cava y la comisionada cuyo distrito incluye el Seaquarium, Raquel Regalado, presionaron a la Dolphin Company para que accediera a una supervisión mayor por parte del condado y más transparencia sobre la salud de Lolita a cambio de que Miami-Dade esté de acuerdo con el cambio de arrendamiento, que los comisionados aprobaron en octubre.
El miércoles, no se dieron a conocer los detalles del nuevo panel, y ambas partes dijeron que un acuerdo con Miami-Dade sobre el panel independiente todavía no ha finalizado.
En una declaración que dio a conocer después de la conferencia de prensa, el grupo de derechos de animales PETA solicitó que la orca se traslade a un santuario “donde por fin pueda tener paz y libertad de su pequeña celda de concreto”.
La salud de la orca es una interrogante clave a la hora de decidir si Lolita se puede trasladar para un acuario diferente o debería quedarse en el Seaquarium.
Levine Cava, que con anterioridad ha dejado entrever la posibilidad de que Lolita se mude de lugar, dijo que las consideraciones de salud podrían sacar de la mesa de negociaciones la relocalización.
“La verdad es que no se transporta de un sitio a otro a un animal enfermo”, dijo Levine Cava. Estamos dando pasos muy medidos. Le corresponde a los dueños, decidir qué hacer”.
Por el momento, la primera gran concesión del Seaquarium es permitir que Lolita actúe ante un público reducido.
Regalado colgó un video en Twitter el 17 de marzo donde aparece ella recostada al tanque de la orca junto a una entrenadora mientras la orca hace algunas piruetas y emite algunos sonidos.
“La vimos saltar un poco y jugar con una pelota”, dijo Regalado al terminar la conferencia de prensa. “Le tiró algunos besos al público. Y a su vez, le lancé besos a ella. Es realmente encantadora”.
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