Lejos de ser un caso aislado, lo vivido en Australia por Novak Djokovic parece que va a ser un precedente de lo que va a ocurrir el resto de la temporada. El serbio, que recibió una calurosa bienvenida por parte de aficionados a su llegada a Serbia, vuelve a tener otro quebradero de cabeza apenas 24 horas después de que se decretara su deportación de Australia. Ahora es Francia quien no le permitirá disputar el torneo de Roland Garros el próximo mes de mayo. Así lo ha aclarado la ministra de deportes, Roxana Maracineanu, dando marcha atrás a lo que anunció hace apenas unos días. Publicó el diario La Rioja.
Maracineanu, en medio del escándalo Djokovic, apuntó que los tenistas no vacunados podrían acudir a París, pero con más restricciones que el resto, es decir, sin poder acceder a salas comunes ni elegir lugar de residencia durante la competición. Sin embargo, este lunes ha cambiado de parecer y, al tiempo que el Parlamento aprobó la obligatoriedad del certificado de vacunación para ciertas actividades en Francia, ella anunció que estar vacunado será requisito imprescindible para poder jugar Roland Garros.
Este es un varapalo tremendo para Djokovic, aunque en París sea donde menos veces se ha coronado. Apenas en dos ocasiones, 2016 y 2021, el de Belgrado ha levantado la copa plateada en la Philippe Chatrier, principalmente porque casi siempre se ha cruzado en su camino Rafa Nadal.
Con el portazo de Roland Garros, Djokovic pierde un nuevo Grand Slam en su calendario. No podrá jugar ni en Australia, ni en París, ni en Nueva York, donde también se le pedirá la pauta completa para poder cruzar la frontera. Solo le queda Wimbledon, el más permisivo. Tendrá que hacer una cuarentena de diez días (recortable a cinco) y con PCR el día dos y ocho de la estancia, para poder entrar al país.
Su decisión de no vacunarse, complicada de torcer por las firmes creencias del jugador, le puede costar convertirse en el mejor de la historia. Un honor que se puede defender a su favor con muchos argumentos, pero al que consagraría el ansiado vigésimo primer Grand Slam.
Además, su temporada queda en el limbo. No podrá jugar los Masters 1.000 de Indian Wells y Miami en marzo, tampoco el de Cincinnati en verano. Djokovic, que había moldeado su vida deportiva para dar prioridad a los Grandes, se ha visto despojado de ellos. Y mientras tanto, Australia recupera la normalidad. Superado el caso Djokovic, el torneo pasa página. Colean los últimos suspiros de uno de los temas más espigados de la historia del tenis reciente, pero los jugadores ya muestran su hartazgo con ello. A Naomi Osaka, campeona de cuatro Grand Slam, le preguntaron sobre su opinión y no pudo ser más clara: «¿Va a cambiar algo lo que diga? No, ¿verdad? Pues prefiero no hablar de ello», dijo la nipona.
Nadal, tras ganar en primera ronda, también se posicionó a favor de dejar aparcado este tema de una vez por todas. «Ya estoy cansado de esto. Hace una semana, cuando ganó en la primera instancia, dije que la justicia había hablado. Dijeron que la visa era correcta y era lo justo. Ayer la justicia dijo algo distinto y nunca iré en contra de la justicia. Lo que creo es que lo ideal en el mundo del deporte es que los mejores jueguen los mejores torneos. Si Djokovic hubiese jugado era lo mejor para todo el mundo», aseguró el balear, que se queda como el único representante del ‘Big Three’ en el torneo debido a la baja por lesión en la rodilla de Roger Federer.
Noticia24Miami