En Miami, como en otras partes al sur de la Florida, la escasez de propiedades a la venta es uno de los aspectos que más ha golpeado al mercado de bienes raíces, donde la llegada de compradores de otras partes de Estados Unidos y Latinoamérica durante la pandemia han puesto en desventaja al comprador local, anuncio El Nuevo Herald.
Esta situación representa una pérdida de oportunidades para quienes quieren comprar o invertir porque las bajas tasas de interés les permiten a los compradores obtener un pago mensual más bajo y a los inversionistas que no hagan compras en efectivo obtener más por su dinero.
Desde julio nada impide que los bancos inicien procesos de foreclosures o ejecuciones hipotecarias a quienes no hayan pagado la hipoteca, y en octubre se cumple la moratoria que protege a los inquilinos con retraso en el alquiler, que se extendió varias veces durante la pandemia.
Los compradores que tienen hipotecas con respaldo federal tienen hasta septiembre para valerse del proceso de forbearance, que permite dejar de pagar temporalmente la hipoteca. Después, podría aumentar el inventario de casas a la venta cuando los dueños en problemas decidan ponerlas a la venta o los bancos inicien procesos legales para recuperarlas y venderlas.
“Cuando se acabe la moratoria, los inversionistas pequeños –aquellos que tienen su propiedad alquilada y que sus arrendatarios no han podido pagar la renta– decidirán vender estas propiedades”, dijo Carolina Gerdts, vicepresidenta ejecutiva de Related ISG Realty, con sede en Miami.
“En el caso de los dueños de casa que no han podido pagar la hipoteca es probable que los bancos lleguen a acuerdo con ellos”, apuntó Gerdts.
A su vez la experta indicó que los cierres de las propiedades de inversionistas en dificultades suelen ser más rápidos que los de propiedades en foreclosure que son la residencia principal de una familia.
Como se espera que haya más quiebras de propiedades de inversión, habrá un aumento del inventario, predijo Gerdts.
“Estamos ante una situación diferente a lo que vivimos en el 2008. Esta no es una crisis bancaria como la de entonces, ahora el mercado se desenvuelve de una manera diferente y más positiva”, apuntó la ejecutiva.
En el 2008, los estados más afectados por los foreclosures fueron Florida y California, con un índice del más del 5 por ciento en decenas de condados.