En Jacksonville tan pronto un paciente de COVID es dado de alta, otro espera una cama en el noreste de Florida, la zona roja de la última ola sufrida por el estado. Pero los pacientes de los cinco hospitales de Baptist Health en esta ciudad son más jóvenes y se enferman más rápido que los afectados el verano pasado, publicó El Clarín.
Baptist tiene más de 500 pacientes con COVID, más del doble que en el pico de la ola de julio de 2020 en Florida, y el embate no cede. Los funcionarios del hospital analizan con preocupación diez modelos de pronóstico, reconvirtiendo espacios vacíos, agregando más de cien camas y «preparándose para lo peor», dijo el Dr. Timothy Groover, director médico interino de los hospitales.
«Jacksonville es una especie de epicentro de esto. Tenía una de las tasas de vacunación más bajas al comenzar julio y eso probablemente le ha pasado factura», dijo Justin Senior, director general de Florida Safety Net Hospital Alliance, que representa a algunos de los mayores hospitales del estado.
El condado de Duval, formado casi en su totalidad por Jacksonville, es un bastión demócrata de gran diversidad racial donde ganó Joe Biden. Los condados rurales mayoritariamente blancos que lo rodean apoyaron a Donald Trump.
Pero todos tenían tasas de vacunación inferiores a la media antes de que la variante delta, altamente contagiosa, arrasara este rincón de Florida, haciendo crecer el número de casos de un estado que ahora posee uno de cada cinco pacientes de COVID hospitalizados en todo el país.