Inglaterra históricamente siempre ha presumido de historia. Los británicos, tan recelosos con lo suyo y fieles creyentes de que no hay nada más romántico que el estilo «british», fueron la cuna del fútbol. La primera vez que se pateó un balón fue en Partick, Escocia, entre Inglaterra y los locales. Su rico aporte al denominado como deporte rey les otorga esa aura especial que los hace distintos al resto.
Sin embargo, resulta paradójico que Inglaterra, un país con hooligans, estadios espectaculares, clubes de solera y títulos europeos que mostrar, nunca haya ganado una Eurocopa. Si, el único trofeo que brilla en las vitrinas de la selección de los «Tres Leones» es la Copa del Mundo lograda en 1966; cuando la FIFA decidió darles la sede.
Bobby Moore, uno de los referentes de toda la vida de Inglaterra, fue protagonista de aquel Mundial. Un futbolista que, coincidiendo con el boom de los Beattles en esos años, parecía sacado de una revista.
Una sequía que dura demasiado
Pero la sequía ya es demasiada. Han transcurrido 55 años desde eso y ahora los ingleses quieren sacarse la espina en Wembley, en su estadio, y ante una dura selección como Italia.
Ni la generación de David Beckham, ni la de Gary Lineker antes, ni la de Wayne Rooney, le dieron alegrías a las islas. Se quedaban cortos siempre, con eliminaciones sonadas como aquella de 1996 en donde un penal errado por el actual seleccionador, Gareth Southgate, les privó de jugar la final a beneficencia de Alemania.
Southgate ahora comanda a Inglaterra, y con un grupo talentoso y con ganas de ganar, quieren darle prestigio a sus vitrinas con una Eurocopa. El domingo, en Wembley, con los Harry Kane, Raheem Sterling, Phil Foden, Jake Grealish, y compañía en el césped, lo buscarán hacer.
Redacción Noticias24Miami