Brasil comenzó este lunes la campaña anual de vacunación contra la gripe con la que pretende frenar en la población brasileña las complicaciones relacionadas con la influenza y ayudar a evitar la sobrecarga que actualmente vive el sistema de salud, colapsado en gran parte del país por el covid-19.
El gigante suramericano, con más de 210 millones de habitantes, vive en la actualidad la peor fase de la pandemia del coronavirus, con más de 350.000 muertes y 13,4 millones de casos confirmados con el virus.
La nueva ola de covid-19 en el país ha llevado a que el índice de ocupación de las unidades de cuidados intensivos del sistema público de salud esté por encima del 90 % en 17 de los 27 estados brasileños.
«A pesar de no tener el mismo impacto la gripe puede llevar a síndromes respiratorios graves y esas personas también necesitan de nuestro sistema de salud, que ya esta presionado por la covid», aseguró el ministro de Salud, Marcelo Queiroga, durante el lanzamiento de la campaña.
De acuerdo con el ministro, la idea es inmunizar contra la influenza a nueve de cada 10 personas de los grupos prioritarios, en un público objetivo de unos 80 millones de brasileños.
La campaña se llevará a cabo en tres etapas. En la primera serán inmunizados menores entre seis meses de edad y seis años, mujeres embarazadas, pueblos indígenas y trabajadores de la salud y en la segunda mayores de 60 años y profesores.
Ya para el tercer grupo serán incluidas las personas con comorbilidades, discapacidades permanentes, trabajadores de transporte por carretera y portuarios, miembros de las Fuerzas Armadas y empleados de los sistemas penitenciarios, entre otros.
La cobertura de la campaña de vacunación contra la gripe efectuada en 2020 tuvo una buena cobertura y solo quedaron por fuera de la meta los menores entre seis meses y seis años de edad.