El Tribunal Supremo de Texas rechazó una petición de los republicanos de ese estado de EE.UU. para que se anulase casi 127.000 votos emitidos por anticipado.
La legalidad de los votos en cuestión, correspondientes al condado de Harris, al que corresponde Houston y cuyos electores son de mayoría demócrata, había sido puesta en duda por un grupo de activistas y candidatos estatales republicanos que también ha pedido la impugnación de esos votos ante un tribunal federal.
El motivo que alegaron los republicanos es el sistema de votación desde sus coches, como si se tratara de un restaurante de autoservicio, establecido por las autoridades para facilitar la participación de personas en riesgo o con problemas para hacerlo normalmente debido a la pandemia del coronavirus.
Este sistema se utiliza en diez puntos de recogida de votos desde que el pasado 13 de octubre comenzaron las votaciones adelantadas en Texas pero, según los demandantes, viola la constitución al ampliar un sistema que debería limitarse a los votantes con discapacidades.
Con este sistema, los votantes se detienen en sus vehículos junto al lugar de votación instalado en la acera y, después de que los trabajadores electorales confirman su identidad, se les entrega una tableta electrónica por la ventanilla para que voten.
Las leyes electorales de Texas permiten que se les entreguen los votos desde las aceras a los electores que «no pueden físicamente ingresar al lugar de votación sin asistencia o sin la probabilidad sufrir daños en su salud», para que puedan ejercer su derecho.
La decisión del Supremo estatal, cuyos integrantes son todos republicanos, se llevó a cabo sin que los magistrados emitiesen una argumentación de su fallo.
Ya el mes pasado, los jueces del Supremo de Texas habían rechazado una petición de impugnación similar.