El Líbano e Israel se sentaron este miércoles a negociar sobre una cuestión civil por primera vez en décadas para tratar de demarcar sus fronteras marítimas, siquiera sea en terreno de la ONU y por vía indirecta para no ir más allá de las cuestiones meramente técnicas.
Más de 14 años después de la guerra entre el grupo chií libanés Hizbulá e Israel, y apenas unas semanas después de la última trifulca entre ambos, las delegaciones de las dos naciones y los mediadores de Estados Unidos y la ONU se sentaron en el cuartel de la ONU en la localidad fronteriza de Naqura.
La reunión, de la que no ha trascendido apenas información, concluyó alrededor de una hora después de su inicio, con la agenda centrada en la disputa sobre unos cuantos kilómetros por los que debe discurrir la divisoria y de los que dependerá el acceso a los recursos del subsuelo en esa zona.
MANTENIENDO LA DISTANCIA
Las autoridades libanesas han insistido en los últimos días en que no conversarían de forma directa con la delegación israelí sino por mediación de los representantes de Naciones Unidas y Washington.
Ambos países han mantenido también que el diálogo lanzado hoy se limitaría a la delimitación de la divisoria y descartaron que se vaya a negociar un acuerdo de paz ni una normalización de relaciones, semanas después de que dos naciones árabes normalizasen relaciones con Israel.