El Gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, anunció este miércoles que ha implementado una política para deportar de manera «expedita» a inmigrantes indocumentados que no puedan demostrar que llevan al menos dos años en EE.UU.
Así lo comunicó la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE), que es el aparato federal encargado de las deportaciones, en un comunicado en el que señaló que a partir de hoy puede «acelerar» la expulsión de ciertos inmigrantes sin documentos y con antecedentes criminales gracias a una orden judicial emitida recientemente por la Corte de Apelaciones del Distrito de Columbia.
«Nuestra capacidad para implementar esta importante herramienta estatutaria nos permitirá proteger aún más nuestras comunidades y preservar la integridad de las leyes de inmigración exigidas por el Congreso de nuestra nación», apuntó Tony Pham, director en funciones del ICE.
Antes de la puesta en marcha de esta nueva directriz, las autoridades migratorias solo podían utilizar la «deportación expedita» con inmigrantes detenidos en un radio de 100 millas de la frontera que no fueran capaces de demostrar que ingresaron legalmente al país y que no hubieran estado por lo menos dos semanas en EE.UU.
La medida apunta a aquellos extranjeros que están en EE.UU. «sin haber sido admitidos o en libertad condicional luego de la inspección de un agente de inmigración en un puerto de entrada» -proceso que se aplica para los solicitantes de asilo- y a quienes no llegaron por mar, los cuales no han estado físicamente en el país en los dos años previos a que se determine su inadmisibilidad.