La organización ambientalista Miami Waterkeeper aseguró que han «mejorado» los niveles de oxígeno en las zonas de Biscayne Bay de Miami, donde desde la semana pasada aparecen peces muertos a diario, y exhortó a la población a retirar la materia orgánica descompuesta para evitar una mayor contaminación.
«Buenas noticias: parece que las condiciones en la Bahía de Biscayne están mejorando un poco, aunque todavía estamos observando la situación con atención…», escribió en redes sociales en las últimas horas Rachel Silverstein, directora ejecutiva de Miami Waterkeeper.
«¡Gracias al Gobierno de la Ciudad de Miami por responder a nuestra solicitud de bombas de ventilación de emergencia! El área alrededor de las bombas parece estar bien oxigenada ahora. Las condiciones y las corrientes parecen estar mejorando hoy», agregó esta científica y ambientalista.
Silverstein se refirió a una iniciativa de la Alcaldía de Miami que, en coordinación con los bomberos de la ciudad, desplegó barcos especiales para bombear el agua en las zonas afectadas de la bahía con la idea de aumentar los niveles de oxigenación.
Estos niveles, medidos conjuntamente entre la ONG y un equipo de investigadores del Instituto del Medio Ambiente de la Universidad Internacional de Florida (FIU), estaban el pasado viernes al 15 %.
Una vez completada la misión de bombeo, los niveles se habían recuperado al 30 %, indicó la televisión Local 10 citando un informe de la FIU.
«Continúe limpiando los peces muertos y envíe fotos, fechas, horas, ubicaciones y el estado del sitio por correo electrónico (…). ¡Recuerde no tirar bolsas de basura de plástico en los contenedores de abono!», pidió Miami Waterkeeper en Facebook.
La organización ha venido alertando en los últimos días sobre el deterioro de los pastos marinos en la bahía.
Según afirma, el fondo marino se ha estado convirtiendo en un sistema dominado por las algas durante la mayor parte de una década.
El «cambio de régimen» ambiental, como se ha descrito, y la reciente muerte de peces pueden reconocerse como síntomas de altos niveles de contaminación, de acuerdo con Miami Waterkeeper.