Un juez de California (EE.UU.) emitió este lunes una orden que obliga a las compañías de transporte compartido Uber y Lyft a clasificar a sus conductores como empleados, lo que podría disparar los costes de personal de estas dos firmas y poner en duda su modelo de negocio.
La decisión del magistrado Ethan Schulman de la Corte Superior de San Francisco responde a una demanda presentada por el Gobierno de California y, por tanto, se circunscribe exclusivamente a ese estado, el más poblado de EE.UU. y donde ambas compañías tienen su sede y uno de sus mayores mercados.
Clasificar a sus conductores como empleados asalariados en lugar de contratistas (su estatus actual) supondría para Uber y Lyft, entre otras cosas, tener que hacerles un contrato, pagarles un salario fijo y ofrecerles beneficios como el seguro médico, días de vacaciones y de enfermedad.
En su fallo, el juez declaró una moratoria de diez días a partir de este mismo lunes hasta que entre en vigor la orden, para dar así tiempo suficiente a las empresas de apelar la decisión en caso de que lo consideren oportuno.
A finales de junio, la oficina del fiscal general de California, el demócrata Xavier Becerra, y los defensores públicos de las ciudades de Los Ángeles, San Diego y San Francisco solicitaron a la Justicia que ordenara la reclasificación de los conductores de Uber y Lyft «con carácter inmediato».