El Gobierno estadounidense mantuvo este miércoles silencio en la batalla comercial con la Unión Europea (UE) cuando se esperaba un anuncio acerca de si eleva los aranceles a varios productos europeos, entre ellos el vino y las aceitunas, mientras un grupo de senadores instaba a la Administración a suprimirlos.
Hoy se cumplía el plazo marcado por la Oficina del Representante de Comercio Exterior (USTR, en inglés) tras abrir hace meses un periodo de consultas públicas acerca de la pertinencia de esta nueva medida de presión comercial, que podría suponer pasar los aranceles actuales de entre el 10 y el 25 % al 100 %.
Entre los productos potencialmente afectados están el whisky escocés, el vino español y francés, y las aceitunas griegas y españolas.
El titular de la USTR, Robert E. Lighthizer, conocido por su mutismo y escasas apariciones públicas, tiene previsto en su agenda intervenir mañana jueves en unas audiencias públicas sobre «prácticas comerciales extranjeras que pueden afectar a los productores estadounidenses de alimentos perecederos».
No está claro si el representante de Comercio Exterior se referirá a los aranceles europeos durante su intervención.
Trump, quien ha hecho del proteccionismo uno de sus pilares políticos, tampoco se ha referido a la cuestión, aunque ha insistido en sus críticas a la UE, por considerar que se aprovecha comercialmente de EEUU.