La capital china, Pekín, amplió este martes las medidas de control y prevención epidemiológicas en un intento de frenar la propagación masiva del nuevo brote de coronavirus detectado el pasado jueves en el principal mercado de la ciudad.
Las autoridades, que este lunes se declararon «en guerra» contra este nuevo brote, informaron hoy de 27 nuevos casos en la ciudad el lunes, con lo que suman hasta ahora 106 positivos, una situación que el Gobierno municipal calificó de «extremadamente preocupante».
La vuelta a la normalidad después de que la ciudad bajase el nivel de emergencia a principios de junio ha quedado en suspenso, y la prioridad de las autoridades es impedir que el virus se extienda o que llegue a otras ciudades, para lo cual se han tomado medidas como prohibir que personas consideradas de «alto riesgo» -por ejemplo, contactos cercanos a casos confirmados- abandonen Pekín.
Así, el Gobierno capitalino ha prohibido a taxis y otros vehículos que ofrecen servicios de conducción salir de la ciudad, y quienes violen esta norma se enfrentarán a «castigos severos».
También se han suspendido rutas de autobús interprovinciales que conectan con los aeropuertos de la ciudad, según la prensa local.