No llevar mascarilla en lugares públicos de Miami a partir de este viernes puede ser castigado con multas de 50 a 500 dólares por decisión de la junta municipal, que busca con esa medida frenar el repunte de casos de COVID-19.
El repunte no solo afecta a Miami sino a todo el estado de Florida, donde en los últimos dos días la cuenta de casos se ha engrosado en más de 10.000 y ahora está en 114.018, con 3.327 fallecimientos.
Los condados y ciudades de Florida están divididos entre los que han hecho obligatorio el uso de mascarillas y los que solo lo recomiendan o no se pronuncian.
El gobernador Ron DeSantis, republicano y fiel seguidor de las directrices de Trump, no ha emitido una orden de usar mascarillas para todo el estado, con el argumento de que la situación de la pandemia no es homogénea en el territorio.
«Esto no tiene que ver con la política, sino con mantener a la gente segura y sana», escribió el alcalde de Miami, Francis Suárez, en Twitter en relación con la ordenanza sobre las mascarillas.
Suárez fue uno de los primeros contagiados de COVID-19 en Miami y estuvo en cuarentena en su casa.
El condado de Miami-Dade, cuya principal ciudad es Miami, es el foco principal de la COVID-19 en Florida, con 28.664 personas infectadas hasta este jueves.
Le siguen Broward y Palm Beach, con 12.584 y 11.840, respectivamente, aunque en otros condados también comienzan a saltar las alertas por el incremento de casos, como en Hillsborough y Orange, con cifras superiores a los 6.000 en cada uno.