A partir de este miércoles los residentes y los forasteros podrán disfrutar de la arena y el mar en todo el condado de Miami-Dade, aunque en grupos de no más de diez personas y separados entre ellos por los seis pies de rigor en la actualidad.
Este martes, a lo largo de las distintas zonas de Miami Beach, una enorme playa a mar abierto, se podían ver obreros dedicados a la limpieza y embellecimiento para un gran día varias veces demorado, como también a jóvenes con máscaras siendo entrenados para tareas de apoyo.
La última demora fue la semana pasada a causa de las protestas por la muerte del afroamericano George Floyd a manos de la policía en Minneapolis y del consiguiente toque de queda implantado en el condado de Miami-Dade para prevenir desórdenes.
La decisión gubernamental de reabrir las playas y poner fin al toque de queda fue muy bien recibida por el sector turístico, que se ha visto muy afectado por el COVID-19 y es uno de los principales motores económicos del estado.
La música volvió a sonar hoy en las piscinas que dan al mar de los hoteles, como también en los restaurantes de la popular calle Ocean Drive, al frente del océano, en South Beach, que retocaban con pintura algunas fachadas y podaban las palmeras.