Los parques temáticos Universal reabrieron este viernes sus puertas al público en una Florida (EEUU) que vuelve a contar con lugares de diversión pese a que el COVID-19 sigue su imparable avance con más de 1.300 nuevos casos en un día.
Con sus mascarillas puestas, Jonathan y Emily Sánchez, una pareja hispana de Miami, fueron algunos de los muchos, la mayoría familias con niños, que no quisieron perderse la oportunidad de estar este viernes en Orlando para la reapertura de Universal.
En declaraciones Jonathan dijo sentirse «muy feliz» y no tener miedo a contagiarse, porque, según sus palabras, los trabajadores de los parques son «muy profesionales».
No solo parques temáticos, acuáticos y de atracciones, también bares, boleras y cines están autorizados en Florida a abrir sus puertas a un público que dejó el confinamiento hace un mes y está acostumbrándose a una realidad de mascarillas, termómetros, aforo limitado y señales de mantener la distancia.
«Estamos tratando de hacer las cosas que prometimos, las cuales no son solo hacer que la gente se sienta segura, sino algo más importante aún: hacer que esté realmente segura», dijo el director ejecutivo de Resorts de Universal Orlando, John Sprouls, en unas declaraciones a medios locales de esta ciudad del centro de Florida.
Orlando es el principal destino turístico no solo de Florida sino de todos los Estados Unidos gracias a los parques temáticos, que dan trabajo a decenas de miles de personas y llevan cerrados desde marzo por el COVID-19.
A pesar de que Legoland abrió el pasado 1 de junio, Universal es el primero de los grandes parques en abrir. Su rival, Disneyland, va a esperar hasta mediados de julio para recibir visitantes.
El martes abrieron los seis hoteles de Universal en Orlando, pero este viernes es el gran día, pues el público en general puede entrar a los parques Islands of Adventure, Universal Studios y Volcano Bay, si cumple con los requisitos sanitarios.
A la entrada de cada parque, los empleados tomaban este viernes la temperatura a todos los visitantes, que faluyeron desde por la mañana en una cantidad importante y llevaban las infaltables mascarillas y algunos también guantes.
Según las nuevas normas, todos aquellos visitantes que tengan una temperatura superior a los 38 grados Celsius no pueden cruzar las puertas del parque.