Aunque no se aplicará una cuarentena obligatoria, México estima llegar a 8.000 muertos por COVID-19 y se prepara contra reloj para el pico de contagios que evite la saturación hospitalaria, dijo a Efe Hugo López-Gatell, la cara más visible en la lucha contra la pandemia.
«Estamos al borde de la saturación en alguna localidades como la Ciudad de México o Tijuana«, dijo en entrevista el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud.
Este martes se declaró la entrada a la fase masiva de contagios (fase 3), que acumula más de 10.500 casos y 970 fallecidos, y alargó las medidas de distanciamiento social hasta el 30 de mayo.
El pico máximo se estima entre el 8 al 10 de mayo con «miles» de nuevos casos a diario y las autoridades se han preparado desde hace meses para atender la continencia, aseguró López-Gatell.
Según el doctor en Epidemiología, unos 250.000 mexicanos podrían enfermar y habría «muchísimos más infectados» pero sin presentar síntomas, por lo que se trabaja para tener unas 16.000 camas de terapias intensiva.
En total, el doctor estimó que entre 6.000 a 8.000 personas pueden fallecer, una cifra relativamente menor en un país con unos 125 millones de personas en comparación a otros países.
Al momento, no se ha llegado a esta cifra de enfermos críticos, pero el país trabaja contra reloj para una «reconversión hospitalaria» con la creación de hospitales de campaña y el apoyo de instituciones de salud privada para derivar pacientes no enfermos de la COVID-19.
«Con este convenio que se hizo con hospitales privados tenemos una capacidad de reserva de casi un 50 % de las camas disponibles», dijo el funcionario, que cuenta con un posdoctorado en Epidemiología por la Universidad de Johns Hopkins (Maryland, EEUU).