Las autoridades de Florida estudian la posible retirada escalonada de las medidas contra el COVID-19, en medio de las primeras protestas contra el confinamiento y de advertencias demócratas que primero se deben hacer pruebas masivas a la población para conocer el nivel real de contagio.
Con carteles de «Acaben el cierre» y «hechos en vez de miedo», un movimiento de floridanos en favor de «liberar» el sur del estado ha empezado a manifestarse en las calles de distintas ciudades.
De los más de 26.600 contagios y casi 800 muertes que el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 ha producido en Florida, más de la mitad están repartidos entre los condados de Miami-Dade, Broward y Palm Beach (sureste).
El alcalde de Miami-Dade, Carlos Giménez, convocó para esta tarde una reunión virtual comunitaria para discutir los pasos a seguir en este condado, que presenta la mayor cantidad de muertos e infectados, con 215 y 9.460, respectivamente, aunque precisó que no tienen «un cronograma para volver a abrir».
En Broward se han detectado 4.038 casos de COVID-19 de los cuales 120 han sido fatales, y en Palm Beach 2.209 y 121, respectivamente.