Mercados y pequeños negocios, al margen de hospitales y servicios públicos, son de los pocos locales abiertos en una Wuhan que regresa aún muy lentamente a la normalidad y que vive todavía bajo el miedo a que los contagios puedan repuntar.
Esta ciudad china, cuna de la pandemia de coronavirus, no registró hoy oficialmente nuevos casos de la COVID-19 y tampoco informó de casos sospechosos, ni nuevos ni existentes, entre los 11 millones de residentes de la azotada capital provincial de Hubei.
La práctica ausencia de nuevos contagios -desde el 17 de marzo- ha animado a las autoridades a apostar por tratar de volver a la normalidad, aunque bajo estrictas medidas de prevención.
«Acabamos de abrir, ayer», cuenta a Efe el pequeño comerciante de una tienda de alimentación que ha recibido el permiso de las autoridades locales para reanudar la actividad.
Ahora aguarda a los clientes, mientras espera nuevas existencias y hace números para sobrevivir y poder pagar el alquiler de su local.
Quienes no han parado de trabajar desde que comenzó la estricta cuarentena impuesta hace más de dos meses en la ciudad -y que se levantará definitivamente el próximo 8 de abril- son, entre otros, los farmacéuticos, que atendían a todo tipo de pacientes, casi siempre a domicilio.
EFE