Nicolás Maduro renovó este lunes la cúpula de la estatal Pdvsa, que fue declarada en emergencia a mediados de febrero pasado, al renovar a cuatro vicepresidentes, si bien mantiene a su presidente, el mayor general Manuel Quevedo.
Los cambios en la cúpula de la estatal petrolera se producen después de que el pasado 19 de febrero, Maduro declaró la emergencia de Pdvsa y designó al vicepresidente económico, Tarek el Aissami, al frente de una comisión para reestructurar la industria.
La nueva cúpula estará integrada por el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, y su número dos, Remigio Ceballos, para que sumen «todo el poder» de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y «además garantizar la seguridad de todas las instalaciones con un plan nuevo».
El actual ministro de Petróleo y presidente de Pdvsa, Manuel Quevedo, también forma parte de la comisión.
En febrero de 2017, el Gobierno de Estados Unidos sancionó por narcotráfico a El Aissami tras una investigación «de años» que llevó al Departamento del Tesoro a determinar que juega «un papel significativo en el tráfico internacional de narcóticos» con destinos que incluyen México y Estados Unidos.
Por otro lado, la dictadura venezolana anunció la detención de dos altos cargos de Pdvsa bajo la acusación de espiar para Estados Unidos y entregar a este país «información estratégica, sensible y de carácter confidencial» de la empresa.
A través de un comunicado de la comisión Alí Rodríguez Araque, instituida hace casi dos semanas por Maduro para reformar la industria petrolera venezolana, se informó que los detenidos responden a los nombres de Alfredo Chirinos y Aryenis Torrealba, quienes eran «gerentes de operaciones especiales y de operaciones de crudos», respectivamente.