El Festival de Cine de Miami abrió este viernes una edición marcada por el coronavirus y la incorporación de muchas más «historias cinematográficas locales» a su fórmula de abundantes filmes, secciones, premios e invitados con un marcado acento iberoamericano.
Artistas, directores y productores se vistieron con sus mejores galas para transitar por la alfombra roja, que esta noche abrió con grandes ausencias.
«Considerando lo que está pasando en el mundo, estamos aquí para celebrar el amor al cine y mucho más», dijo durante la inauguración el director del Festival, el canadiense Jaie Laplante.
La llegada del actor danés Claes Bang y la actriz australiana Elizabeth Debicki, protagonistas del thriller «The Burnt Orange Heresy», que da apertura al Festival, captó la atención de periodistas y cámaras.
Debicki, ataviada con un imponente vestido verde, y Bang, con chaqueta sin corbata, se pasearon varias veces ante los periodistas y respondieron amablemente a las preguntas.
«Estoy orgulloso de estar aquí, estoy muy honrado de que la quisieran aquí (la película). Nunca había venido a Miami, por lo que es genial», señaló Bang.
«Espero realmente que a la gente le guste la película porque trabajamos muy duro en ella», anheló.
Dirigida por Guiseppe Capotondi, «The Burnt Orange Heresy» está protagonizada además por Mick Jagger y Donald Sutherland, quienes no asistieron a la inauguración.
El líder de los Rolling Stones interpreta a un inescrupuloso marchante de arte en «The Burnt Orange Hersey», versión cinematográfica de la homónima novela negra escrita en 1971 por el escritor miamense Charles Willeford.
Organizado por la universidad Miami Dade College, el Miami Film Festival tuvo el año pasado más de 45.000 espectadores, pero nadie sabe cómo reaccionará el público e invitados este año debido a la epidemia.
Laplante, que acompaña con sus glamurosos atuendos un festival con fama de divertido y fiestero, destaca «la diversidad y la complejidad» de un programa que se extiende hasta el 15 de marzo.