El Gobierno de EE.UU. ha autorizado a médicos de todo el país a usar el plasma de la sangre de pacientes que se recuperaron del coronavirus para tratar a aquellos en estado crítico, en lo que supone para algunos expertos la mejor solución a la espera de una cura.
El nuevo tratamiento fue autorizado este martes por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, en inglés), la agencia gubernamental que se encarga de aprobar el uso de nuevos medicamentos, vacunas y otros productos relacionados con la salud pública.
En su web, la FDA anunció que este método podrá usarse solo en pacientes que están en estado crítico y cuya vida corre peligro y, además, los doctores que lo administren tendrán que pedir autorización previa.
La decisión de la agencia es inusual, porque normalmente tarda meses en autorizar nuevos tratamientos y lo hace solo cuando ha comprobado que el método es seguro y efectivo.
Esta vez, en su web, la FDA admitió que, «aunque es prometedor, el plasma no ha demostrado ser efectivo en las enfermedades estudiadas».
Antes que el COVID-19, esta técnica fue utilizada para luchar contra la «gripe española» de 1918, cuando el uso de vacunas no estaba extendido, y recientemente también se aplicó contra el virus del ébola y el Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS), otro tipo de coronavirus que dejó 774 muertos en China entre noviembre de 2002 y julio de 2003.