El gobernador de Florida (EEUU), Ron DeSantis, se rehúsa por ahora a establecer el encierro obligatorio, como lo han hecho los estados de California y Nueva York, los mayores focos del COVID-19 en Estados Unidos, al considerar que es «contraproducente».
DeSantis, quien dijo este lunes que analiza diferentes opciones, explicó que «gran cantidad» de neoyorquinos están llegando a Florida tras la restricción en ese estado norteño y que puede pasar lo mismo en el Estado del Sol.
Señaló además que estos visitantes deben someterse a cuarentena.
«Si miras lo que sucedió en Nueva York, cuando hicieron la orden de quedarse en casa ¿qué hizo la gente. Bueno, mucha gente huyó de la ciudad», manifestó el republicano.
Estos comentarios, sin embargo, ha sido recibidos con rechazo en las redes sociales, al considerar que ese es precisamente un buen argumento para bloquear el estado.
DeSantis también se ha negado a cerrar las playas de Florida, pese a que varios gobiernos locales lo han hecho para evitar las masas, especialmente de universitarios que están en pleno receso de «Spring Break».
Los condados de Miami-Dade, con 267 infectados, y Broward, con 258, en el sur de Florida, concentran más de la mitad de los 1.171 casos del COVID-19 del estado, en el que han muerto al menos 14 personas.