La crisis de la empresa aérea Interjet y la intención del presidente, Andrés Manuel López Obrador, de crear una nueva aerolínea comercial han causado turbulencia en esta industria mexicana, que encima afronta retos como el crecimiento económico y el coronavirus.
Los 3.000 millones de pesos (150,6 millones de dólares) que Interjet le debe al Gobierno mexicano, como reveló recientemente la asociación Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), son «una señal clara» de que la empresa «no tiene liquidez», comenta este viernes José González, consultor de aviación de Aviation Consulting Group.
La importancia de Interjet, fundada en 2005 en Ciudad de México, radica en que atiende a más de 15 millones de pasajeros cada año a 55 destinos en 10 países, con una situación financiera desconocida porque los últimos resultados que reportó fueron del primer trimestre de 2019.
«Interjet tiene costos muy altos en comparación con su competencia y eso ha hecho últimamente que la liquidez se termine. Entonces sí es preocupante porque no sabemos hasta dónde el Gobierno lo pueda permitir porque sabe que Interjet está endeudada», expone.
Los problemas de la aerolínea, detalla el experto, iniciaron en 2013 con la compra de más de 20 aviones Sukhoi Superjet 100 de Rusia, cuyo gobierno alertó en 2015 sobre fallas técnicas en el modelo, lo que afectó las operaciones de la empresa mexicana.
Asimismo, comenta, Interjet no ha afianzado un nicho en el mercado mexicano, dominado por Aeroméxico en el sector «premium» y por Volaris y Viva Aerobus en el de bajo costo, o «low cost».