El crucero Grand Princess, que partió de Hawái el pasado 29 de febrero y en el que viajaban unas 3.500 personas, de las que 21 han dado positivo por coronavirus, atracó este lunes entre grandes medidas de seguridad en el puerto comercial de Oakland (California, EE.UU.).
Escoltado por tres embarcaciones de la Guardia Costera y por un helicóptero, la gigantesca nave pasó por debajo del icónico puente rojo del Golden Gate para entrar en la Bahía de San Francisco a las 11:10 de la mañana hora local.
Multitud de curiosos se acercaron a los distintos puntos del recorrido del barco, visible desde varias zonas de la ciudad, a tomar fotografías y comentar si ese era el barco que llevaba varios días retenido en la costa y del que los medios locales han hecho un seguimiento casi al minuto durante las últimas horas.
Al atracar en el puerto de Oakland, al otro lado de la bahía, todos los pasajeros desembarcaron, fueron separados en varios grupos distintos y montados en autobuses en función de sus necesidades médicas y de su lugar de residencia.
El gobernador de California, Gavin Newsom, explicó en una rueda de prensa que las personas que presentaban «emergencias médicas» o requerían hospitalización (lo que incluye a las 21 personas infectadas) fueron las primeras en desembarcar y fueron enviadas a centros hospitalarios de la proximidad.
Del resto de pasajeros, en torno a un millar que son residentes de California fueron enviados en autobuses y posteriormente en aviones a la base militar aérea de Travis, en el sur del estado, donde permanecerán en cuarentena durante catorce días.