Miami cuenta desde este jueves con una cámara web submarina que transmite ininterrumpidamente las imágenes de un arrecife coralino de la bahía de la ciudad que parece inmune a los males que están diezmando a los corales en todo el mundo.
Colin Foord, uno de los componentes del dúo científico-artístico Coral Morphologic, que está detrás de la Coral City Camera, dijo a Efe que el arrecife situado en el extremo este de la bahía Vizcaína, no lejos del puerto de Miami y la terminal de cruceros, es realmente singular y bello y puede servir para encontrar soluciones para los problemas que aquejan a los corales en todo el mundo.
Los corales que naturalmente se han asentado en un lugar con tanta actividad humana a su alrededor -agrega Foord- no son «supervivientes» sino que están «colonizando» con éxito los bloques de cemento colocados para proteger la tierra del mar y han atraído a una variedad de peces y otros animales a sus «construcciones».
Su particularidad, según este biólogo marino, artista y cineasta que tiene como socio a su amigo músico y DJ Jared McKay, es que han mostrado inmunidad a las bacterias, algo que no tienen los de su misma especie situados en el Parque Nacional de la Bahía de Vizcaya, un hábitat protegido.
«Exactamente», responde Foord cuando se le pregunta si estos corales «urbanos» son el equivalente a los perros callejeros en el mundo canino, más fuertes que los domésticos
Fundada en 2007, Coral Morphologic es una plataforma multifacética para el desarrollo de simbiosis entre los humanos y el coral, según se autodefine el dúo Foord-McKay en su página digital, y ha logrado para este proyecto el apoyo de Bas Fisher Invitational & the Bridge Initiative, que a su vez cuentan con donaciones de organismos públicos y privados de EE.UU.
Entre otras tareas, como criar corales en «granjas» acuáticas, Foord y Mckay combinan el arte y la ciencia para realizar videos que muestran la belleza del coral de una manera que apela a la cultura pop y que busca inducir a las generaciones jóvenes a preocuparse por proteger los arrecifes y el planeta en general.
Las creaciones del dúo se han publicado en medios importantes como National Geographic.
La Coral City Camera (CCM), instalada en un lugar submarino donde científicos de la Administración Nacional de la Atmósfera y los Océanos (NOAA) y de la Universidad de Miami realizan investigaciones en las que colabora Coral Morphologic, les va a proporcionar datos en tiempo real y a la vez es accesible para al público.
No solo se puede ver en streaming lo que pasa en el coral «urbano» en todo momento, salvo de noche, a través de computadoras y dispositivos móviles.
Un «barco anuncio» con una pantalla LED gigante va a mostrar en algunas ocasiones importantes desde la bahía lo que hay debajo del agua. Así se vio este jueves mientras se hacía la presentación oficial de la webcam en el Museo de Arte Pérez de Miami (PAMM).
La cámara subrmarina también va a servir para hacer énfasis en la importancia de preservar los corales en las escuelas públicas de Florida en virtud de una asociación con la Fundación Everglades.
Florida cuenta con las tercera barrera coralina más grande del mundo. Solo la australiana y la beliceña la superan en extensión.
Al impacto del calentamiento global y la contaminación de los mares se ha sumado desde 2014 una enfermedad bacteriana originada en el agua que destruye el tejido coralino (el animal en sí) y hace que se despegue de la estructura solida que es su esqueleto y quede suelto en el agua.
La enfermedad se extendió por la barrera floridana rápidamente y llegó también a los corales del Caribe y por ahora se combate con la repoblación de los arrecifes con corales de las especies más resistentes, que son criados en «granjas» a partir de fragmentos de su estructura.
Hay científicos que atribuyen el contagio a las llamadas «aguas de lastre» con las que se carga las bodegas de los grandes barcos para que no se desestabilicen cuando no llevan carga.
Esa enorme cantidad de agua marina que toman en algún lugar es luego soltada por los barcos cuando no la necesitan y con ella llegan a otro sitio las bacterias y especies invasoras del origen.
Foord señaló al respecto que esa teoría es perfectamente razonable y recordó que la enfermedad surgió en un cayo cerca del puerto de Miami, donde hay grandes barcos y cruceros.
Para este joven artista y científico, los corales urbanos de Miami son «la esperanza» ante las previsiones catastrofistas y hacen de esta ciudad «un laboratorio viviente».
EFE