El presidente de EE.UU., Donald Trump, espera con calma el cierre del juicio político al que ha sido sometido durante dos semanas en el Senado, acusado de abuso de poder y obstrucción al Congreso por sus presiones a Ucrania para que investigase por corrupción al exvicepresidente Joe Biden, un rival político.
La conclusión del «impeachment», como se conoce en inglés al proceso de destitución de un presidente, se espera que se escenifique hoy en la Cámara Alta del Congreso con una votación que se prevé cómoda para el mandatario, ya que los republicanos, su partido, cuentan con una mayoría de 53 escaños frente a 47 de los demócratas, a lo que hay que sumar que se requieren dos tercios de los votos para destituir a un presidente.
Trump, quien anoche sacó pecho en su discurso anual sobre el Estado de la Unión, con marcados tintes electoralistas y con la vista puesta en los comicios del 3 de noviembre próximo, se ha mantenido inactivo en Twitter, su vía favorita para lanzar mensajes, y hoy solo tiene en su agenda una reunión con el presidente de Venezuela que reconoce su Gobierno, Juan Guaidó, que fue el invitado sorpresa de su discurso.
El juicio político a Trump, en el que los demócratas habían puesto sus esperanzas de al menos dejar en evidencia el estilo político poco ortodoxo de gobernar del presidente, rayando en muchas ocasiones la ilegalidad, quedó ya abocado a un cierre desde que la semana pasada no lograron convencer al suficiente número de republicanos para convocar la comparecencia de testigos y recabar nuevas pruebas.