El Gobierno estadounidense confirmó este jueves que la economía del país creció a un ritmo del 2,3 por ciento en 2019, una cifra modesta que queda lejos de las promesas del presidente Donald Trump y que peligra ahora por los previsibles efectos de la epidemia del coronavirus, que ya está sacudiendo los mercados.
Según la segunda estimación sobre la evolución del producto interior bruto (PIB), la economía estadounidense, que había empezado 2019 con un crecimiento cercano al 3 por ciento, acabó el ejercicio con un avance trimestral del 2,1 %, lo que confirma una tendencia de desaceleración que se prevé más acentuada en 2020.
Este crecimiento económico, además, ha sido el menor registrado en Estados Unidos desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, en enero de 2017, quien había prometido mantener la economía avanzando a velocidades de entre el 3 y el 4 por ciento durante su mandato.
Trump, que lo más cerca que ha estado de cumplir esas previsiones fue en 2018, cuando la economía avanzó un 2,9 %, ha culpado a la Reserva Federal de impedir la aplicación de la política de estímulo que él desea.
Este mismo miércoles, en una rueda de prensa para tratar precisamente de la amenaza del coronavirus, volvió a quejarse de que Estados Unidos está en una posición de desventaja frente a la Unión Europea debido a la fortaleza del dólar y a los prácticamente nulos tipos de interés en la UE.