El canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, reafirmó hoy en Pekín la relación «estratégica integral» de la nación caribeña con China, país al que consideró «un aliado fundamental» con el que mantiene un vínculo «sincero, franco y beneficioso» para ambas partes.
El canciller venezolano, que llegó a Pekín el jueves y que ha mantenido «jornadas de trabajo de varias horas» con su homólogo chino, Wang Yi, destacó que la cooperación entre China y su país se extiende «a todos los ámbitos».
«Es una asociación necesaria tratando de diversificar la economía venezolana, haciendo esfuerzos para que las inversiones chinas se reflejen inmediatamente en beneficios para nuestros pueblos en vivienda, en más producción petrolera, en alimentos, en telecomunicaciones«, dijo.
Además, destacó que la cooperación con China incluye también sectores como el de los medicamentos, los satélites, la producción agrícola, la minería o la educación.
Arreaza se reunió también con el vicepresidente chino, Wang Qishan, y hoy ofreció una ponencia sobre «El papel de Venezuela en defensa del multilateralismo» en el Instituto de Estudios Internacionales de China.
CHINA, SIN VOCACIÓN DE DOMINACIÓN
El canciller opinó que el gigante asiático, a diferencia de Estados Unidos, «no tiene vocación de dominación política de los pueblos», de «expoliación de sus recursos» lo que para los países del sur del planeta, dijo, «es una gran noticia».
En este sentido, calificó la multimillonaria iniciativa global de inversiones china de la Franja y la Ruta como «una propuesta de paz» con la que Pekín no pretende «dominar economías, ni cambiar gobiernos» sino «compartir ganancias y desarrollo en un destino común».
Arreaza afirmó que la situación comercial y económica de Venezuela «ha mejorado», así como «el flujo y la cantidad» de alimentos y de medicinas en el país.
«Con dificultades como hay en la economía venezolana, con un proceso de inflación, que ya no es hiperinflación, con medidas de flexibilización que se tomaron el año pasado porque de lo contrario el bloqueo hubiera ahogado al pueblo venezolano, la situación ha mejorado», recalcó.
El canciller aseveró que la economía del país fue «sometida a una gran presión» por las políticas de «bloqueo» y la «guerra económica, comercial y financiera» de Estados Unidos.
Señaló que, debido a las sanciones de Washington, Venezuela tiene «más de 6.000 millones de dólares bloqueados en el mundo» y que la refinería Citgo, filial de la empresa petrolera estatal PDVSA, «fue robada directamente por EEUU».
Con todo, afirmó que las pasadas navidades fueron «las más prosperas de Venezuela en los últimos cuatro o cinco años» y que los venezolanos tuvieron acceso a «cosas que no se veían desde hace mucho».
LA OPOSICIÓN NO QUIERE DIÁLOGO
Respecto al diálogo con la oposición venezolana, que los chinos han defendido en ocasiones, Arreaza dijo que el proceso de Oslo, que fue avalado por Washington, «no fue posible porque la oposición se retiró y rechazó continuar».
Explicó que una delegación noruega viajó a Caracas a principios de este año para intentar retomar el proceso y que la oposición lo rechazó y consideró que ese mecanismo «está clausurado».
«La oposición no quiere diálogo, nunca lo ha querido», afirmó.
El pasado 10 de enero, con motivo de la visita de la delegación noruega la oficina del dirigente opositor Juan Guaidó indicó en un comunicado que el Gobierno de Nicolás Maduro había «impedido toda solución negociada a la crisis», lo que consideraron que quedó probado cuando «asaltó militarmente la Asamblea Nacional (AN, Parlamento)» el 5 de enero.
Ese día la sesión en la que se debía inaugurar el año legislativo venezolano con la elección de su presidente, cargo que aspiraba a reeditar Guaidó, terminó con una pelea entre el líder opositor y la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militarizada) que le impedía el acceso.
EFE