Las filas de vehículos que esperan durante horas en las distintas estaciones a que llegue gasolina volvieron este lunes a Caracas, donde las fallas en el suministro se replican de nuevo y se multiplican en el interior del país con mayor crudeza, pues en varias ciudades las colas para repostar crecen desde hace semanas y en ocasiones duran días.
En las zonas fronterizas, el combustible escasea de forma constante y en Caracas la situación se presenta de forma cíclica.
En las estaciones de servicio solo se puede adquirir un tipo de gasolina: la de 91 octanos, cuyo precio es de apenas 0,00001 bolívares, un costo simbólico que en la mayor parte de las ocasiones ni siquiera se abona.
Su precio quedó establecido así tras la reconversión monetaria de agosto de 2018 que le quitó cinco ceros a la moneda local.
En este momento, los venezolanos pagan con el billete que tengan a la mano, pues los de menor denominación 2, 5 y 10 bolívares, cualquiera suficiente para pagar combustible durante un año, prácticamente están fuera de circulación y es más frecuente entregarlo como propina a los funcionarios.
Las fallas en el suministro de combustible se han comenzado a sentir en la capital venezolana desde hace cuatro días y, de acuerdo con los operadores de las estaciones de servicio, a las gasolineras no llega combustible de 95 octanos desde el pasado 24 de diciembre.