La basílica subterránea romana de Porta Maggiore, un extraordinario monumento del siglo I d.C. ubicado bajo unas vías de tren, ha abierto sus puertas este miércoles tras una compleja restauración, permitiendo disfrutar al público de una refinada y original decoración relacionada con cultos mágicos.
Es la primera vez que la planta de basílica «aparece en el mundo antiguo», explica a Efe la superintendente arqueológica para Roma, Daniela Porro, ya que nunca antes de su construcción se había visto esta planta rectangular dividida en tres naves, que luego inspiraría las iglesias cristinas.
Aunque la basílica de Porta Maggiore es «extraordinaria» también por otros motivos, continúa Porro, ya que se construyó desde un inicio bajo tierra, algo inusual en la época romana, y con un fin enigmático, «ligado a cultos mágicos».
También es original su decoración, con un revestimiento completo de estuco blanco y nácar, y que representa diversos mitos también relacionados con esta adoración mágica, como el suicidio de Safo, el rapto de Ganímedes o el mito de Orfeo y Eurídice.
La restauración, organizada por la Superintendencia de Bellas Artes de Roma y con el apoyo de la fundación suiza Evergete, permite ahora admirar esta «rica» decoración en el muro izquierdo, dañado por la humedad y la infiltración del agua en la roca.