La carrera por sustituir los plásticos de un solo uso se acelera a medida que la preocupación por la crisis climática aumenta. Como alternativa, un grupo de chilenos presentó en Alemania unas bolsas de aspecto y características similares a las de plástico, pero que se disuelven en agua caliente.
Este nuevo material se suma a otras soluciones que han aparecido en los últimos años, como bolsas de papel o fabricadas con materia orgánica, todas luchando por convertirse en la alternativa número uno.
Su CEO e inventor, Roberto Astete, se encuentra en Alemania promocionando Solubag, con la que espera reducir al mínimo la contaminación que produce tanto la fabricación como el proceso de reciclaje de las bolsas de plástico tradicionales.
“Es un material que no contamina”, explicó Astete en un encuentro realizado en la embajada de Chile de la capital alemana. “Con él damos la posibilidad a la gente de ser un agente activo en descontaminar el planeta.”
Las bolsas son reutilizables y requieren menos energía para su fabricación. Destacan respecto a otras soluciones, también menos contaminantes que el plástico, por la facilidad con la que son desechadas.