Estados Unidos celebra este jueves la festividad de Acción de Gracias, en la que ya es tan tradicional comer pavo asado como salir después a quemar las calorías o, más bien, la tarjeta: se inicia así una fiesta consumista de cinco días en torno al Black Friday que arrastrará a medio país a gastar.
Según los cálculos de la Federación Nacional de Minoristas, más de 165 millones de estadounidenses -uno de cada dos- planean hacer alguna compra entre esta tarde y el Ciberlunes («Cyber Monday»), una tanda marcada por descuentos tan suculentos en las tiendas que muchos están dispuestos a esperar por ellos.
«La tradición de ir de ‘shopping‘ el fin de semana festivo de Acción de Gracias ha pasado a ser un evento de cinco días en el que los consumidores gastan dinero en las tiendas, apoyando pequeños negocios locales, y ‘online’, con sus teléfonos y computadoras», explicó el máximo ejecutivo de la NRF, Matthew Shay.
La firma Prosper Insights & Analytics, con la que colabora esa entidad, señala que casi 40 millones de estadounidenses saldrán ya de compras este jueves porque muchos comercios abren sus puertas hasta la medianoche, y en ese sentido este jueves se espera «el mayor incremento de compradores potenciales».