Las 22 personas asesinadas en un centro comercial de la ciudad fronteriza de El Paso (Texas, EE.UU.) el pasado agosto por un joven que quería «matar mexicanos» son honradas con ofrendas y altares en este Día de Muertos como manda la tradición.
Museos, bibliotecas, iglesias y espacios comerciales han montado esos pequeños monumentos para recordar a las víctimas de Patrick Crusius, un joven de 21 años que fue detenido después de haber convertido un centro comercial de la ciudad en un campo de tiro.
Los altares colocados en distintos lugares de El Paso incluyen las fotos de los fallecidos, sus nombres y recortes de periódico con noticias de la masacre y están adornados a la manera tradicional con veladoras, flores de cempasúchil, papel picado de colores e incluso alimentos típicos como el pan de muerto y los tamales.
Claudia Rivers, especialista del departamento de colecciones de la Universidad de Texas, dijo que este año no tuvieron duda de a quién dedicar el altar con el que anualmente honran a alguna figura latina de escritores, músicos o artistas.