La sorpresiva renuncia del jefe de seguridad de la Ciudad de México, Jesús Orta, exhibe fallas en la estrategia para aplacar la ola de violencia en esta capital y ha sido bien recibida por empresarios y expertos.
Al filo de la medianoche, se filtró la noticia a medios de la renuncia de Jesús Orta, quien asumió hace apenas diez meses la Secretaría de Seguridad Ciudadana tras el arribo a la gubernatura de la Ciudad de México de Claudia Sheinbaum, del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Según informó Sheinbaum en una rueda de prensa, el motivo de la renuncia de este licenciado en Economía con experiencia en administración se debió a motivos «estrictamente personales».
No obstante, expertos y el sector empresarial capitalino coincidieron este viernes en que el trasfondo de la dimisión sería el de no haber cumplido con las expectativas de reducir la ola de inseguridad.
«Ya estaba un poco desgastado por varios temas, como el asunto de las mujeres, las marchas y las disputas que tuvo para hacer operar la policía», opinó para Efe el analista de seguridad Alejandro Hope.
En meses recientes se han registrado varios casos de feminicidio, además de abusos sexuales por parte de policías, que han sido muy mediáticos.