El patrimonio del maíz mexicano, que se refleja en 700 platillos, 64 razas y miles de variedades, está en «riesgo», por lo que el Congreso debe aprobar la Ley Federal de Fomento y Producción del Maíz Nativo, expresaron este jueves activistas.
La campaña «Sin maíz no hay país» pide a la Cámara de Diputados avalar la ley, que ya aprobó el Senado, para reconocer el acceso a este cereal como un «derecho humano del pueblo mexicano» y crear programas para campesinos e indígenas que lo cultivan, expuso Malin Jönsson, coordinadora de la Fundación Semillas de Vida.
La iniciativa debe prosperar «antes de que sea demasiado tarde» porque México importa el 34 % del maíz que consume, la mayoría de Estados Unidos y «casi todo es transgénico y amarillo», precisó Jönsson, también investigadora de suficiencia alimentaria en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
«Por un lado están bajando los precios pagados a los productores, pero también, con este maíz transgénico que estamos importando, nuestro maíz está contaminado. La primera contaminación de maíces nativos se encontró en Oaxaca en 2001. Entonces necesitamos encontrar las herramientas legales», mencionó.
El Senado aprobó una ley sobre maíz nativo en este septiembre para crear el Consejo Nacional del Maíz (Conam), que definirá políticas públicas para proteger la semilla de la contaminación de organismos genéticamente modificados, fomentar la diversidad del grano, garantizar un consumo informado y apoyar a los campesinos.