El primer Clásico de la temporada entre el FC Barcelona y el Real Madrid, previsto para el día 26 de octubre a las 13 horas en el Camp Nou, permanecerá en vilo hasta el miércoles 23, fecha en la que se reunirá el Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), que decidirá si finalmente se juega, se suspende o se permuta el orden del duelo y se traslada el primer envite al estadio Santiago Bernabéu.
Los incidentes acaecidos en las últimas horas en las calles de Barcelona y la atmósfera que se respira en la ciudad tras la sentencia del «procés», así como la convocatoria de una manifestación unitaria del soberanismo para dicho día, han provocado que LaLiga haya pedido formalmente a la Federación que el Clásico altere su orden y que sea el Real Madrid quien organice el encuentro de la primera vuelta en el Bernabéu, para evitar posibles disturbios, antes, durante y después. «Causas de fuerza mayor», explica textualmente LaLiga.
El Real Madrid rechaza el posible cambio en el orden de los partidos y que el de la primera vuelta se dispute en el estadio Santiago Bernabéu. Fuentes del club indicaron que sería «adulterar la competición». El vestuario, por su parte, no tiene problema alguno en acudir el sábado 26 a disputar el partido al Camp Nou.
El FC Barcelona, entretanto, no se ha pronunciado aún y quiere ganar tiempo. Hoy todo el club se encontraba en la antigua fábrica Damm de Barcelona celebrando la Bota de Oro que recibió Leo Messi. Sí se asomó a los medios, el presidente de la Federación Catalana de Fútbol, Joan Soteras.