Plantada una vez al año y recolectada cuatro meses después, la flor de cempasúchil, de un brillante naranja, es un modo de vida para miles de pobladores del central estado de Puebla y corona las ofrendas del Día de Muertos en México.
Por su color y por su olor peculiar, el cempasúchil es un símbolo de las ofrendas para los muertos y ayudan a guiar las almas rumbo a estos festejos que llegan a su máxima expresión el 1 y 2 de noviembre.
En el municipio de Atlixco, de unos 100.000 habitantes, el cultivo de esta flor se convierte en una prioridad durante la temporada, y dicha planta se distribuye luego a buena parte de México.
Su nombre es de origen prehispánico se compone de los vocablos en náhuatl ‘cempohualli‘, que quiere decir «veinte«, y Xóchitl, que significa «flor«.
Del cempasúchil existen más de 30 variedades y colores. Sin embargo, para el uso que se le da en el mes de noviembre se utiliza la color naranja.