El millonario Jeffrey Epstein, hallado muerto el sábado pasado en la prisión de Nueva York donde esperaba un juicio por tráfico sexual de menores, se suicidó ahorcándose, según confirma la autopsia realizada por la Oficina Forense de la ciudad.
La información, recogida este viernes por The New York Times, sigue a las primeras conclusiones de la autopsia que trascendieron ayer y que indicaban que el financiero, de 66 años, tenía múltiples fracturas de hueso en el cuello.
La forense principal de la ciudad de Nueva York, Barbara Sampson, llevó a cabo la autopsia el pasado domingo, pero indicó entonces que la determinación de la causa de muerte quedaba «pendiente», a falta de información adicional.
Ante la información sobre las fracturas múltiples de huesos en el cuello, que algunos expertos consideraron más comunes en víctimas de homicidio por estrangulamiento, Sampson señaló en un comunicado que ningún factor aislado en una autopsia puede proporcionar por sí mismo una respuesta concluyente a lo ocurrido.
«En todas las investigaciones forenses, toda la información debe sintetizarse para determinar la causa y forma de la muerte«, añadió Sampson. «Todo debe ser coherente: ninguna conclusión sola puede evaluarse en el vacío».
De acuerdo con el canal NBC, el magnate se ahorcó con una sábana dentro de la celda del Metropolitan Correctional Center de Manhattan.