El presidente de EE.UU., Donald Trump, presentará este jueves un plan con el que busca aportar más fondos al muro en la frontera con México e imponer barreras de idioma y conocimientos a los inmigrantes legales, para basar su llegada al país más en el «mérito» profesional y menos en sus lazos familiares.
Después de varios intentos fallidos de reforma migratoria en sus dos primeros años de mandato, Trump ha decidido centrarse en rediseñar solo el sistema de inmigración legal, sin abordar la situación de los 11 millones de indocumentados que hay en EE.UU. ni el limbo en el que se encuentran los jóvenes llamados «soñadores«.
Esa delimitación busca granjear más apoyos republicanos a la propuesta que Trump promoverá este jueves en un discurso y en la que su yerno Jared Kushner lleva meses trabajando, pero no está claro que la oposición demócrata esté dispuesta a respaldar un proyecto de ley que no haga frente a la situación de los indocumentados.
El plan mantendría intacto el número de permisos de residencia permanente -conocidos como «tarjetas verdes»- que concede EE.UU. cada año, y que en 2017 se otorgaron a 1,1 millón de personas.
Pero, si el Congreso aprobara la propuesta, esos permisos empezarían a adjudicarse mayoritariamente por razones relacionadas con la especialización profesional o el nivel educativo de los inmigrantes, y no tanto por razones familiares o humanitarias.