El fiscal general de EE.UU., William Barr, anunció este martes que negará la posibilidad de salir en libertad provisional a parte de los solicitantes de asilo detenidos mientras avanzan sus procesos en los tribunales de inmigración.
La decisión revierte un protocolo que rige desde 2005 y que da a los solicitantes de asilo que demuestren un «miedo creíble» la posibilidad de someterse a una audiencia de inmigración que les permita la libertad provisional.
Barr ordenó que el nuevo protocolo entre en vigor en 90 días para dar así tiempo al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) para que habilite espacios para mantener detenidos a los solicitantes de asilo, que llegan cada mes en decenas de miles.
Será el DHS, no obstante, quien tendrá la decisión final sobre mantener o no detenidos a estos inmigrantes en función de sus recursos disponibles.