El enviado especial de EE.UU. para Venezuela, Elliott Abrams, dijo este viernes que su Gobierno está presionando a China y a empresas petroleras de todo el mundo para que corten lazos económicos con el dictador venezolano, Nicolás Maduro.
Abrams explicó que él mismo se ha reunido con el embajador chino en EE.UU., Cui Tiankai, y que, además, el embajador estadounidense en China, Terry Branstad, ha mantenido varios encuentros con representantes del gigante asiático sobre la relación económica entre Pekín y Caracas.
«Hemos tenido conversaciones con China sobre sus relaciones económicas y financieras con Venezuela. Y el mensaje principal ha sido muy simple: tienen inversiones, comercio y préstamos que nunca van a recuperar. Ese régimen está destruyendo la economía de Venezuela», manifestó Abrams.
China es el principal acreedor de Maduro: en la última década le ha prestado casi 62.000 millones de dólares, de los que un tercio (20.000 millones) aún está pendiente de pago, según una base de datos de la Universidad de Boston y el centro de pensamiento Diálogo Interamericano.
El Gobierno de Maduro paga con petróleo parte de esa deuda a China, nación que en 2018 era su tercer comprador de crudo (por detrás de EE.UU. y la India) con unos 332.000 barriles al día.