El Departamento de Defensa de EE.UU. anunció hoy el envío de 3.750 soldados adicionales a la frontera con México durante tres meses, periodo en el que construirán unos 240 metros de alambrada y darán apoyo logístico a los agentes fronterizos.
Con los nuevos militares, el número total de soldados en la frontera con México ascenderá a 4.350, informó un portavoz del Pentágono en un comunicado.
Según el citado portavoz, los militares tendrán dos misiones principales: operar cámaras de vigilancia en los estados de Arizona, California, Nuevo México y Texas hasta el 30 de septiembre; así como levantar 240 kilómetros adicionales de alambradas de concertina, un tipo de valla que puede incluir púas o cuchillas.
De momento, los soldados serán desplegados por un plazo de tres meses, pero el Pentágono «continuará evaluando la composición de la fuerza necesaria para cumplir con la misión de proteger y asegurar la frontera sur», detalló el portavoz.
Una ley estadounidense de 1878 prohíbe usar a los soldados para tareas de seguridad y orden público a nivel nacional.
Por eso, según las autoridades estadounidenses, los militares no pueden detener a los inmigrantes que cruzan la frontera de manera irregular y su labor se limita a ayudar a los agentes fronterizos en operaciones aéreas, así como en trabajos mecánicos, como reparación de vehículos.
El despliegue de las nuevas tropas fue aprobado el pasado 11 de enero por el secretario de Defensa en funciones, Patrick Shanahan, aunque hasta ahora no se conocía el número de efectivos.
El Pentágono aprobó el despliegue de soldados a la frontera con México a finales de octubre, justo antes de las elecciones legislativas de noviembre, en las que el presidente de EE.UU., Donald Trump, hizo gala de la dureza de sus políticas migratorias en un intento por ganar votos para los republicanos.
En los comicios, los demócratas recuperaron la Cámara de Representantes, mientras que los republicanos aumentaron su ventaja en el Senado, donde ya tenían la mayoría.
Trump justifica su decisión de enviar tropas a la frontera debido a lo que él mismo ha calificado de «invasión», es decir, los grupos de migrantes procedentes de Centroamérica que han comenzado a viajar en «caravanas» para cruzar con mayor seguridad México y llegar a Estados Unidos.