El presidente de EE.UU., Donald Trump, insistió este jueves en «proteger la integridad de las urnas y defender los votos de los ciudadanos estadounidenses» para evitar el fraude electoral, pero pospuso la firma de la orden ejecutiva que tenía prevista para investigar los comicios de noviembre a ese respecto.
Durante su intervención en la reunión de invierno que están celebrando en Filadelfia (Pensilvania) senadores y congresistas republicanos, Trump insistió en la necesidad de «mantener a salvo las urnas del voto ilegal», en alusión al fraude que alega que existió en las pasadas elecciones presidenciales.
«Todos estamos aquí por la misma razón, para servir a los ciudadanos de nuestro país. No estamos aquí por nosotros, estamos aquí por ellos, por la gente», agregó.
El mandatario aseguró en una reciente reunión con los líderes del Legislativo que, en las elecciones de noviembre donde se alzó como vencedor frente a la demócrata Hillary Clinton, hubo fraude electoral porque -según él- votaron de 3 a 5 millones de indocumentados, razón por la que la ex secretaria de Estado ganó en voto popular.
«Pediré una investigación importante sobre FRAUDE ELECTORAL (sic), incluidos los registrados para votar en dos estados, los que son ilegales e incluso, los registrados para votar que están muertos (y muchos por un largo tiempo). Resultados, vamos a fortalecer los procedimientos de votación!», escribió el presidente en su cuenta de Twitter.
Pero ni Trump ni la Casa Blanca han ofrecido ninguna evidencia para respaldar esas afirmaciones, que los expertos consideran completamente infundadas.
En la misma línea, importantes compañeros de partido, como el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, o el presidente del Comité de Control de la Cámara Baja, Jason Chaffetz, han insistido en que «no hay evidencia alguna» de que tal fraude haya ocurrido.
«El presidente tiene 100.000 personas en el Departamento de Justicia, y si quiere tener una investigación, que la tenga. Simplemente yo no veo ninguna evidencia de ello», reiteró hoy Chaffetz, quien de considerarlo, tiene la potestad de abrir una comisión de investigación en el Congreso.
Horas después de la intervención de Trump en Filadelfia, y ante la tardanza para celebrar la firma del documento, convocada a media tarde hora de Washington, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, informó de que la rúbrica había sido pospuesta.
«El presidente regresó un poco tarde y se atascó en algunas reuniones que tenía que celebrar, así (que) vamos a pasar todo eso al viernes o el sábado», dijo Spicer, preguntado por el grupo de periodistas que acompaña hoy a la comitiva presidencial.
Trump, que no lleva ni una semana en el cargo, se ha dado prisa en firmar órdenes ejecutivas encaminadas a cumplir algunas de sus promesas de campaña, pero también se ha visto especialmente molesto por los datos que apuntan a que Clinton ganó en número de votos y los que demuestran que su ceremonia de investidura no fue tan multitudinaria.
Entre los demócratas, su interés por abrir una investigación sobre la legalidad de las elecciones ha provocado diversas reacciones, como la del senador por Illinois Dick Durbin, quien ha aprovechado la propuesta del presidente para sacar de nuevo a colación la presunta injerencia rusa en los resultados electorales.
«Aunque nuestras razones pueden ser diferentes, el presidente y yo estamos de acuerdo en que el pueblo estadounidense merece una investigación independiente e imparcial de las elecciones de 2016, que la verdad salga sobre sus acusaciones infundadas de millones de casos de fraude electoral y que la verdad también llegue sobre la interferencia de Rusia en nuestros comicios», afirmó el senador.
La Agencia Central de Inteligencia (CIA) confirmó que el Kremlin había estado involucrado de manera directa en la filtración de correos electrónicos de la campaña de Clinton y del Comité Nacional Demócrata (DNC, en inglés) con el fin de favorecer a Trump.
«Nuestra democracia depende de la confianza del público en la credibilidad de nuestras elecciones, y el país sigue gravemente preocupado por los actos de guerra cibernéticos del presidente (Vladímir) Putin y sus razones para preferir a un candidato sobre otro», agregó Durbin.
Por su parte, el senador demócrata por Nueva Jersey Bob Menéndez consideró que las acusaciones de Trump de fraude electoral «es una trampa» para desviar la atención sobre sus actos, como el permiso de construcción de los oleoductos Keystone XL y Dakota Access, que tienen comprobadas consecuencias sobre el medioambiente.
«Es una trampa Trump. Sugerir que hubo cinco millones de votos ilegales en las pasadas elecciones es absurdo, es indignante, es divisivo», insistió Menéndez.
No obstante, la firma de dicha orden ejecutiva para dilucidar el presunto fraude continúa en pie y se prevé que tenga lugar en los próximos días. EFE